1) Negociación
Es la forma fundamental de
resolución de conflictos, generalmente voluntaria, y que implica la discusión
entre las partes en disputa con el objeto de alcanzar un acuerdo o arreglo en
el conflicto que les enfrenta. En la medida en que no exista la intervención de
terceros agentes, la negociación permite a las partes en conflicto mantener el
control sobre el proceso y el acuerdo que de él pueda resultar. Entre las
diversas formas que adopta este proceso, destacan la negociación posicional o
competitiva, en la que cada parte trata de obtener para sí el mayor beneficio
posible sin tener en consideración el resultado para la otra parte, y la
negociación basada en el interés, centrada no tanto en las posiciones
manifiestas de las partes sino en sus intereses subyacentes y en la asunción de
que la búsqueda de al menos un interés en común permitirá llegar a un acuerdo.
Independientemente de las formas
y estrategias de negociación adoptadas, ésta suele requerir como condición
previa la entrada del conflicto en un estado de madurez que facilite la
apertura del proceso de resolución. Esta situación de madurez de un conflicto
se caracteriza por la percepción de las partes de que los costos de una
confrontación continuada son más perjudiciales que los costos de un hipotético
acuerdo, y puede darse como resultado de varias circunstancias: la frustración
de una o más partes debido a su incapacidad para alcanzar sus objetivos por los
medios escogidos, el protagonismo en el seno de una o más partes de nuevas
personas con un talante diferente al de las personas previamente implicadas en
el conflicto, y la existencia de presiones externas que instan a las partes a
alcanzar un acuerdo en el marco de un período de tiempo determinado. Cuando el
proceso de negociación no se inicia en el momento en el que se dan las
condiciones óptimas para ello, el conflicto no se mantiene necesariamente en un
estado de madurez y puede pasar mucho tiempo antes de que llegue una nueva
oportunidad para su resolución.
2) Mediación
La mediación como método de
resolución alternativa de disputas implica la intervención en el proceso de
negociación de una tercera parte neutral e imparcial, cuyo papel consiste en
asistir a las partes en su efectiva comunicación, en el análisis del conflicto
y en la búsqueda de una solución aceptable para todos. Idealmente, la persona
mediadora no está vinculada a ninguna de las partes enfrentadas ni tiene
interés por un resultado específico de la negociación, de forma que cuenta en
su labor con la confianza y legitimación de todas las partes implicadas. Otro
rasgo definitorio de este procedimiento es que la figura del mediador no tiene
capacidad de decisión, sino que se limita a guiar a las diferentes partes
durante la negociación, facilitando la definición del problema y de los
intereses particulares, la comprensión de los puntos de vista opuestos y la
elaboración de un arreglo que cuente con la aceptación general.
Respecto a los tipos principales
de mediación empleados en la negociación se encuentran, por un lado, la
mediación para la solución de problemas y, por otro, la mediación
transformadora. En el primer caso, de uso más extendido, el énfasis se coloca
en la búsqueda de una solución al conflicto y en el establecimiento de arreglos
mutuamente aceptados, mientras que la mediación transformadora tiene como
finalidad la transformación de las personas o grupos implicados en la negociación
a través de un proceso de empoderamiento, que permita a las partes analizar las
necesidades, intereses y preocupaciones propias y las de los oponentes, y ganar
la capacidad [Capacidad de absorción, Capacidades, Análisis de Capacidades y
Vulnerabilidades], en definitiva, de resolver sus propios problemas.
En situaciones de conflicto,
existen numerosos actores que podrían actuar como agentes de mediación, entre
ellos Estados, líderes políticos, organizaciones internacionales, iglesias,
organizaciones profesionales, institutos de investigación y formación, redes
ciudadanas, fundaciones, etc.
3) Arbitraje
Proceso de resolución de
conflictos en el que las partes en disputa acceden a presentar su caso ante un
tercer participante neutral e independiente, quien escucha los argumentos de
ambos lados y posteriormente adopta una decisión, normalmente final y
vinculante. El arbitraje difiere de la mediación, por lo tanto, en que la
tercera parte que interviene en el conflicto sí tiene capacidad decisoria, si
bien las partes enfrentadas mantienen el control sobre el conjunto de
cuestiones a resolver y con frecuencia también sobre los aspectos de
procedimiento. Además, se trata de un proceso entre contrarios en el que no hay
lugar para la cooperación, el restablecimiento de las relaciones o la promoción
de la confianza mutua entre las partes, posibilidades éstas que sí existen en
el caso de la mediación.
La forma tradicional de arbitraje
es aquella en la que las partes llegan a un acuerdo para limitar el abanico de
posibles resultados previamente al inicio del proceso de arbitraje, de forma
que ambas puedan garantizar para sí un mínimo de beneficio. Otras veces, la
figura del árbitro es instada a seleccionar la oferta final más razonable de
una de las partes en conflicto, lo que impulsa a éstas a ser suficientemente realistas
en sus posturas y exigencias. Por último, existe un tipo de arbitraje
consultivo o no vinculante cuyo objetivo es clarificar y ofrecer a las partes
información sobre el resultado probable del caso, incluyendo sus posibles
ramificaciones legales, para tratar de evitar así el riesgo de llegar a un
resultado final imprevisto y desfavorable.
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